En los estertores de este 2013 que no pasará a la historia de los españoles por ser un año de bienes, precisamente, mi vecino José Manuel me comenta que tras las campanadas de Fin de Año y para digerir la tradicional cena aparcará los especiales de la televisión, tan previsibles y repetitivos para ver, una vez más, la película ¡Bienvenido Mr.Marshall ! de Luis G. Berlanga, estrenada hace 50 años. Será su sencillo homenaje a la cantante Lolita Sevilla, que acaba de fallecer y puso voz a la coplilla de bienvenida al maná de los americanos que nunca llegó.
Argumenta mi vecino que la película le sirve de lección para no caer en la tentación de pensar que el gobernante de turno tiene la varita mágica para sacarnos de la crisis o que una inversión espectacular venida de fuera- tipo Eurovegas– puede marcar el fin de la agonía económica para miles de españoles. Y le doy la razón porque este año que acaba nos ha traído inconmensurables espejismos de ciencia ficción desarrollista, como la intención de convertirnos en el casino de Europa, y se podría hacer una película con todos aquellos que alababan el proyecto, cuyo título debería ser ¡Bienvenido Mr.Adelson! Menos mal que se las pira para el Japón.
Otro momento feliz fue la candidatura olímpica de Madrid 2020, defendida con pasión por una de las mejores exponentes de la efectividad de los cursos de inglés por correspondencia, Mrs Ana Botella, cuyo café relaxing, ha servido para relanzar la marca Madrid hasta parangones inalcanzables… en las redes sociales.
Y visto que no caben salvaciones ajenas, nos queda darnos de tortas con la realidad y ser optimistas: confiar, por ejemplo, que el ministro José Manuel Soria acertará de una vez y reducirá el déficit tarifario eléctrico sin jodernos con el recibo de la luz; que ningún corrupto sea empresario, banquero, sindicalista, o medio pensionista se librará de la cárcel, y que los políticos dejarán de tomarnos el pelo prometiendo ser buenos a partir de ahora. Ya no cuela.
La escena final de la película de Berlanga recoge la tristeza de los habitantes de Villar del Río que habían gastado lo que no tenían para recibir la ayuda americana y tenían que devolver lo prestado. Aquí ya devolvieron muchos sus casas y coches a los bancos, se quedaron sin trabajo y con la dignidad enterrada, tal solo ayudados por sus familias. Pues eso, ¡Olé mi madre, olé mi suegra y olé mi tía! que cantaba Lolita Sevilla. Feliz 2014.
Excelente post, anadiría que el colofón de este año ha sido el anuncio de la lotería de Navidad..na na na na ná. Feliz año!
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Muy amable Jordi. Nos leemos, Feliz Año y mucha suerte!
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Mucha suerte a tí también, Rafa!
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