Entre ollas y pistolas

untitledAhora que nos vamos recuperando en Canarias con 1.981 parados más en febrero y que la cosa promete  con la rebaja de impuestos a partir del 2015 anunciada por el gobierno central, (al 2014 que le den), acabo de leer en un foro de emprendedores, de estos que abundan por las redes, que una salida al paro es participar en un concurso de cocina. O la cagas o te forras. Decía uno de los participantes que ante lo deteriorado del mercado laboral hay que arriesgarse y  ganar un concurso entre las ollas es una opción nada desdeñable. Otro ponía como ejemplo la participación de Mario, el master chef junior, en Fitur, como estrella del stand de La Rioja: un éxito de público sin precedentes, firmó más autógrafos que  Juan  Carlos Valerón en su vuelta a la UD Las Palmas.

Lo que va a ser imprescindible es cada televisión  sea a autonómica, insular, o local monte su concurso porque programas de cocina hay a montones: el de Arguiñano; el de T5; los desaguisados de Mariló Montero en la 1; el de 13TV; en Intereconomía  que lo camuflan en los debates donde te invitan a comprar un vino, un jamón o un detector de radares y suma y sigue… pero una cosa es un programa de cocina y otra un concurso. En ese punto dejé de leer a este esforzado grupo de futuros masters de las sartenes cuando por un tropezón con el ratón, me topé con otro foro, este de emprendedores menos pringosos y que llevaba por lema: crimen o castigo.

Supuse que era un lapsus referido a la obra de Dostoievski  pero no, se trataba de un animoso grupo de emprendedores esta vez  por  la  vía literaria. Debatían con entusiasmo la posibilidad de presentarse a un concurso editorial de esos que te forran a millones si consigues el premio y te garantizan un hueco en la portada de los principales periódicos del país. Una vez tomada la decisión de buscar una salida al paro de esa guisa, los participantes en el foro concluyeron que lo mejor era una novela  con detective, mujeres fatales, sexo explícito, ambientes  portuarios y localizada en Canarias, ingredientes al parecer  imprescindibles para un éxito indudable…Estuve por intervenir en el debate para insinuarles que pasaran por una librería a ver si encontraban una novela de nuevo cuño que no tuviera su detective privado, porque es prácticamente imposible, pero les dejé con sus  deliberaciones.

Abrumado por lo difícil que resulta a muchos jóvenes buscarse el puchero sin delinquir opté por acudir al alimento espiritual que tenía más a mi alcance: mi biblioteca y me di de bruces con un viejo ejemplar de  Los Mares del Sur de Manuel Vázquez Montalbán que tiene su detective privado: Pepe Carvalho; su crimen por investigar; paisajes exóticos (Polinesia) su  excelso cocinero: Biscuter y que además ganó el  premio Planeta.

¿A ver si estos chicos van a tener razón?

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