Para que luego digan que el racismo no sirve para nada… Resulta que un energúmeno, de esos que abundan por los campos de fútbol de este país, arrojó el otro día un plátano al jugador del Barça, Dani Alves, moreno de piel, brasileño para más señas y dotado de gran sentido del humor. El caso es que el jugador, para fastidiar al bobo con aspiraciones a famoso de barrio, se comió el plátano antes de tirar un corner y su gesto está creando escuela.
Personalidades como Mariló Montero cuyos sabrosos comentarios hacen las delicias del personal y de los machistas de este país en particular, decidió comerse un plátano en su programa de televisión en solidaridad con Alves. Su compañero de equipo, la superestrella Neymar, ha hecho lo mismo y colgado la foto en internet y se espera que el gesto fructifique y extienda por doquier. ¿Se imaginan a todos los jugadores de la Liga de Fútbol mandándose un plátano? ¿Y la publicidad que supondría?
En La Palma, como en otras zonas de de las Islas, están encantados porque si la bola continúa rodando, este año no habrá sobreproducción de esta fruta tan nuestra y si la moda se extiende, es posible que ASPROCAN se plantee fomentar la siembra de plataneras por cualquier rincón. ¡Bendito racista!
A ver si con un poco de suerte, a algún otro se le ocurre arrojar un tomatito canario a Cristiano Ronaldo por ejemplo; y luego seguir con una quesadilla del El Hierro a Gareth Bale, o una papita con mojo a Diego Costa, ya puestos… A buen seguro que conseguiríamos que el agro canario reverdeciera, porque ni la crisis ha podido revitalizar este sector económico, más proclive a la subvención que a otra cosa; no en vano el 90% de lo que consumimos en las islas se importa y así nos va.
Y conste que escribo estas líneas desolado porque acabo de leer una encuesta del Instituto Canario de Estadística (ISTAC) y concluye que la mitad de los canarios no leen nada; es decir se pasan el día delante de la caja tonta o de sus ordenadores, jugando al nosequé o viendo porno, que eso ni lo recogen las encuestas ni lo confiesan los encuestados.
La Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias debería tomar nota y contratar a un grupo de parados, para que en todos los campos de fútbol del Archipiélago arrojen a nuestros jugadores libros (en formato de bolsillo, eso sí) de Cervantes, Rafael Arozarena, Pérez Galdós, Agustín Millares, o Alexis Ravelo, sin ir más lejos; por si cunde el ejemplo y el personal, además de aborregarse con el fútbol, internet y las redes sociales, se ilustra un poco. El racismo, además, se cura con buena educación.