Hay que ser un inconsciente o bien un amante sin fronteras de la música y su enseñanza para subirse al escenario del Auditorio de Tenerife con una tropa de casi dos centenares de niños entre los cuatro y los catorce años, y celebrar un concierto. Me inclino por la segunda opción, no obstante, visto lo acontecido en la mañana del pasado domingo.
Los alumnos de la escuela de música La Garrapatea de Santa Cruz de Tenerife, repitieron un rito anual como colofón del fin de curso, consistente en la interpretación de varias piezas orquestales en algunos casos y en compañía del numeroso coro infantil en otros.
Así pudimos escuchar temas como Claroscuro y Estudio en Re de Celia Montelongo; una divertida versión del conocido tema The entertainer, de Scott Joplin, que popularizó en los años 70 la película «El Golpe»; mientras que la Orquesta Premium mostró su buen hacer en temas como Los Naranjos de Gonzalo Cabrera; Feed the birds; una estupenda suite de la película La La Land y sobre todo con un magnifica versión del Vals nº 2 de la suite de Jazz de Dimitri Shostakovich.
Por si esto fue poco, la Orquesta y el Coro de La Garrapatea protagonizaron la última parte de la velada con los ritmos africanos de Olelé Maliba Masaki; Yembelé y con una traca final con un fragmento de Chim Chim Cher-ee (de la película Mary Poppins) y el colofón con el clásico del soul Stand by Me que hizo moverse de los asientos al patio de butacas para seguir el ritmo y las palmas de los pequeños intérpretes. Una gozada.
No exagero si digo que el evento fue uno de los más concurridos de toda la temporada en el Auditorio. Y se dirán: «claro, estuvieron los padres y familias de los pequeños intérpretes.» Por supuesto, solo que además de acompañar a sus hijos y después de soportar estoicamente los ensayos caseros durante meses, pudieron observar cómo con poca edad se puede manejar un instrumento, como el violín, sin necesidad de tener el talento de un Mozart o un Paganini.
Eso es lo que procura La Garrapatea, y la sabia enseñanza de sus principales promotores Gonzalo Cabrera e Inmaculada Marrero, reputados músicos, como lo son los profesores de los niños en distintas disciplinas, es decir Raquel Herrero, Elena Botín, Cristina Coronado, Andrea Rodríguez, Celia Montelongo, Iballa Suárez y Silvia Díaz.
Hay que reconocer los méritos y el esfuerzo de los pequeños, porque los niños y niñas de la escuela más allá de si harán carrera musical, disfrutan ahora con una actividad que les abre la mente y permite adquirir destreza en una lenguaje que les acompañará toda su vida.
Enhorabuena a todos.