Somos víctimas del tiempo que nos tocó vivir y no puedo evitar recuerdos de la infancia pegados a la televisión en blanco y negro, con una docena de personajes grabados en el disco duro de la memoria. Tony Leblanc es uno de ellos, de un humor blanco, de trazo grueso y no exento de cierto gamberrismo, en una España más gris que el cemento que puebla la cara de algunos de nuestros políticos.
Entre las escenas cómicas que más prodigaba en aquella televisión, solía troncharme con una en la que Tony Leblanc hacía de boxeador sonado –Kid Tarao– y repetía que iba a ser campeón del mundo porque entrenaba todo el día » voy del gimnasio a la Casa de Campo y de la Casa de Campo al gimnasio… estoy hecho un mulo, ehh», afirmaba en tono amenazante, mientras lanzaba directos y ganchos al aire con gran estilo, (Tony fue boxeador aficionado, y al parecer bueno.)
El fallecimiento del cómico sobre quien lloverán homenajes después de muerto, como acostumbramos por estos pagos, me recordó a su personaje infantil ligado a la figura de Artur Mas tras su tropiezo electoral (por ser suave).
El president convocó unas elecciones con la intención de obtener una mayoría absoluta que le convirtiera en el nuevo Moisés catalán, para conducir a su pueblo hacia la independencia; y de paso, me temo, difuminar las consecuencias de una crisis a la que el gobierno catalán no ha podido regatear (Mas no es Messi, no nos engañemos) y también fruto de una mala gestión del gobierno actual y precedentes. Según el último informe de la EPA, el paro alcanza a 840.400 personas en Cataluña, un 22,5 % (algo menos que la media española que esta en el 25%). Estos son los datos, no intenciones electorales.
Total: dos meses mareando la perdiz con las elecciones anticipadas – la estrategia de Mas se estudiará en las facultades de ciencias políticas como paradigma de como cagarla sin venir a cuento- unos cuantos millones de euros dilapidados en la convocatoria y un mapa politico en el que el gran perdedor es, precisamente, el partido de Mas y Durán, CIU, que perdió 12 escaños; porque el PSC todavía se encuentra en estado catatónico y dijo que dejarse 8 escaños en las urnas «es un resultado mas que digno», en palabras de su secretario de organización Óscar López,nada más conocerse los resultado. Horas después la direccion del PSOE calificó como malos los resultados.¿En que quedamos?
Y todo esto en plena crisis económica, tras haber solicitado el gobierno autonómico durante el pasado verano un rescate para las cuentas del ejecutivo, de más de 5.000 millones de euros.
En cualquier pais medio decente, Mas se habría marchado a su casa. Aquí salió al balcón del Hotel Majestic acompañado de un grupo de rostros pálidos (Durán y Lleida entre ellos) para comentar a sus perplejos seguidores que el plan independentista continuaba, a pesar de los pesares . Como si nada. Impasible el ademán.
Se supone que los dirigentes políticos trabajan para solventar los problemas de sus administrados, no para crearlos. Artur Mas parece tener un problema para cada solución.
En el improbable caso de que abandone la política, Santiago Segura, que tanto hizo por rescatar a Tony Leblanc del olvido, debería tener en cuenta al president Mas para un papel en su nueva entrega de Torrente. Es una idea, sin más.
Qué bueno Rafa!, cuanta razón tienes.
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Gracias, artista!
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Hola Rafa, me estoy leyendo todos los posts; son muy buenos y se te reconoce perfectamente. Algunos me he descojonao (Tutti fruti 2012, muy bueno). Un abrazo.
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