Como se ha establecido que no haya un día sin santo, causa, motivo de celebración o similar, resulta que el 15 de octubre es el  Día Mundial del Lavado de Manos según recoge la Organización Mundial de la Salud (OMS)  evento que tiene su fundamento y cuyos fines son absolutamente plausibles.

Sin embargo, lavarse las manos ha tenido en este país  mala fama debido sin duda a la figura de Poncio Pilatos, el denostado prefecto de Judea que con el gesto de su lavatorio propició la condena a muerte de Jesús, según deja bien claro el Evangelio según San Mateo.

El gesto de Pilatos ha quedado en nuestro acervo cultural como un símbolo de vileza y de aceptar la sumisión de actos a sabiendas de su injusticia ( prevaricar que diría y leguleyo) y son muchos los pilatos a quienes sufrimos  día a día. Por ejemplo: ese ágora de políticos al que llamamos Unión Europea con su Consejo, Parlamento y Comisión  que sorben cientos de millones de euros en gastos  de nuestros bolsillos. Ante la descomunal tragedia que vive la pequeña isla de Lampedusa a la que intentan llegar cientos de hombres, mujeres y niños huyendo del hambre y de la muerte desde Eritrea y Somalia y cuyo destino final es en muchos casos morir ahogados en la orilla como hemos comprobados estos días ¿Qué ha hecho la UE? :lavarse las manos.

De todas maneras no es la primera vez y no será la ultima, en que los políticos de Bruselas demuestren su  incompetencia para atajar un problema humanitario grave, la guerra de los Balcanes  ya dejó bien a las claras la ineficacia de este gobierno europeo que elegimos con nuestros votos e impuestos.

Tenemos también pilatos locales de muy ver: mientras un día si y otro también se siguen produciendo los desahucios de decenas de familias, los bancos y sus dueños disfrutan del dinero del rescate solicitado por el gobierno (100.000 millones de € ) para equilibrar su menguados balances por las hipotecas fallidas y mirar para otro lado a la espera de mejores tiempos.

Otro espécimen de pilatos es el ministro  José Ignacio Wert que se descuelga con unas declaraciones asegurando que él no hubiera subido el IVA al sector cultural… es decir que le obligaron…pero lo defendió. Lo tenía muy fácil: a sabiendas  de que ese incremento dejaría al sector hecho unos zorros podía haber dimitido, pero prefirió lavarse las manos y mantener la cartera, claro.

Tenemos también a émulos del famoso procurador romano entre las filas del PSOE en el caso de los ERE de Andalucía, e incluso cuando un grupo de sindicalistas abuchean a la jueza que lleva el caso y la insultan con sorna.

Hay muchos más ejemplos en nuestro entorno más próximo. Daba risa escuchar hoy en el parlamento canario al presidente del gobierno Paulino Rivero acusar al PP de haber apoyado la financiación autonómica vigente- lesiva para los intereses de Canarias– porque José Manuel Soria, a la sazón vicepresidente del gobierno, firmó el acuerdo en su día. ¿A caso lo hizo sin su consentimiento? No vale lavarse las manos, ambos son responsables, como lo son ahora CC y PSC de las actuaciones del actual ejecutivo de las islas.

Poncio Pilatos sigue vivo…

Siempre he preferido a Pijus Magnificus frente a Pontius Pilatus