Luisa Fernanda pasea triunfal por Tenerife

Un momento de la zarzuela Luis Fernanda en el Auditorio de Tenerife. Foto. Auditorio/ Miguel Barreto

En esto de la zarzuela no suele haber medias tintas, o te encanta o la detestas. Ayer se dieron cita en el Auditorio de Tenerife los más entusiastas amantes de este género para asistir a la representación de  Luis Fernanda, del maestro Federico Moreno Torroba con libreto de Federico Romero Sarachaga y  Guillermo Fernández-Shaw, estrenada allá por el año 1932, es decir, en plena Segunda República Española.

El libreto cuenta una historia de amores no correspondidos, los del terrateniente Vidal Hernando (el barítono Pablo Gálvez)  por Luisa Fernanda (la soprano Virginia Tola) que en realidad bebe los vientos por el militar Javier Moreno (el tenor David Astorga) proclive a las faldas ajenas. Parte sustancial de la historia la protagonizan también la Duquesa Carolina (Carmen Mateo), Doña Mariana (Silvia Zorita); Luis Nogales (Alberto Camón) y Bizco Porras (Badel Albelo).

Ambientada en Madrid en la convulsa época previa a  la Revolución de 1868  que acabó con el reinado de Isabel II y propició su posterior exilio, los protagonistas de esta zarzuela viven al socaire de los ideales realistas o liberales, con cambios de bando persiguiendo amores mas que credos políticos, mientras la rueda del argumento gira en torno a Luis Fernanda, Vidal y Javier.

El barítono Pablo Gálvez en plena actuación. Foto: Auditorio de Tenerife/ Miguel Barreto

La obra tiene varios momentos destacados en forma de canciones que han trascendido en  la memoria popular  sobre todo de nuestros mayores. La habanera El Soldadito es una de ellas, lo mismo que la Mazurca de las sombrillas, así como Ay, mi morena. Todas fueron interpretadas brillantemente  por el elenco y aplaudidas sin recato por el público, entregado desde el primer momento con la obra e intérpretes.

Nos pareció entre lo más destacable la composición de la protagonista que hizo Virginia Tola; así como  la glamurosa duquesa a cargo de Carmen Mateo y sobre todo el trabajo impecable, brillante del barítono Pablo Gálvez dando cuerpo y voz al despechado Vidal. Fue quien más aplausos cosechó al final de la obra.

A gran nivel estuvo el trabajo del Coro de la Ópera de Tenerife, los músicos de la Sinfónica  y  los bailarines del Centro Internacional de Danza de Tenerife que participaron en la obra.

Como curiosidad, uno recuerda en su niñez la versión pop que de la canción El Soldadito hiciera el grupo La Compañía, lo que no sabemos es si al maestro  Moreno Torroba le hizo mucha gracia.

 

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