Las lapas de Rajoy

lapa     Hay muchas formas de que te amarguen un fin de semana. Que llueva, por ejemplo, si tenías previsto una excursión familiar al campo, o si de repente se presenta en tu casa ese cuñado gorrón y su prole, dispuestos a desvalijarte la nevera, asaltar tu depauperada bodega afectada por la crisis y someterte a una sesión de chistes machistas contados con la gracia y salero del presidente de  la Conferencia Episcopal. Pero no crean, hay cosas peores: que aparezcan a primera hora del viernes y tras el Consejo  de Ministros tres de sus integrantes para decir con cara de circunstancias y maquillaje de cemento que esto no tiene arreglo, o lo que es lo mismo, que este gobierno abducido por el déficit no tiene solución alguna para el drama humano de 6.200.000 parados y que hasta el 2016 habrá más de lo mismo, es decir más paro.

Hay que tener el hígado de acero de Luis de Guindos, de María Dolores de Cospedal y de Cristóbal Montoro para salir al ruedo y contar al personal que sus previsiones económicas no valen a los tres meses de aprobarlas, recular y mantener la subida de IRPF para próximos años y aumentar el Impuesto de Sociedades entre otros. Uno esperaba que tras el anuncio se les cayera la cara de vergüenza, pero llegué a la conclusión de que carecen de ella. A los parados, ni una briza de esperanza, ni un plan, ni nada de nada. Ajo y agua ( a joderse y aguantarse).Tuvieron eso si la deferencia de subrayar que no iban a aumentar la edad de jubilación no fuera a ser que al personal le diera un ataque de descojone. Los parados de 40 años, de 50 o los que rondan los 6o ven las posibilidades jubilación como una película de ciencia-ficción.

Pero lo peor de un fin de semana aciago, no es la representación de estos tres tenores de la macroeconomía sin alma, sino la de su jefe, Mariano Rajoy que a media tarde del domingo y desde La Alhambra, como si acabara de reconquistar España tras vencer por mayoría absoluta en las elecciones, ha pedido a los españoles paciencia, asegurando que el gobierno sabe a donde va y que hace lo necesario para reducir el déficit y la reestructuración del sistema financiero.

Paciencia es que lo que le voy a pedir a mi casero cuando no pueda pagar el alquiler o al banco cuando lleguen las letras del coche, o a la tendera de la esquina cuando no me llegue para pagar la cuenta a final de mes. Apelaré a lo dicho por el presidente del gobierno a ver si me fían.

De planes para el drama del paro, cero patatero que diría su admirado Aznar, ni un atisbo de piedad o de esperanza y en eso demuestra su sensibilidad, la de una lapa, ese molusco tan apreciado en Canarias, desde donde escribo y donde tantos buenos ratos ha pasado en sus vacaciones. Un dato, también sensible, en el archipiélago hay 385.600 parados . Lo recuerdo para que lo tenga en cuenta en su próxima visita y le apetece comerse unas lapas a la plancha rociadas por un mojo como dios manda, o una sopita que le caliente el cuerpo. Nosotros nos hemos quedado helados con su discurso.

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